domingo, 13 de diciembre de 2015


SECRETOS DE UNA OBSESIÓN
(Secret in Their Eyes)
2015. Dir. Billy Ray.

 


         La adaptación norteamericana de El secreto de sus ojos (Campanella, 2009) es una versión ágil, típica de su contorno Hollywood donde todo debe tornarse popular, explicado, simple. Lo que en la cinta original, argentina, ocurría en 1974 para que pasaran dos décadas y pudiera resolverse un crimen, ahora se traslada a pocos meses posteriores al ataque de las Torres Gemelas, cuando la paranoia del norteamericano estaba en su fase máxima y toda acción debía centrarse contra los terroristas.

 


         Por eso, al descubrirse el cuerpo violado y bañado en cloro para borrar huellas de la hija de una agente del FBI, el responsable de homicidios busca un chivo expiatorio para cerrar el caso. El principal sospechoso es un soplón oficial y es más importante que se descubra alguna conspiración en lugar de impartir justicia. No obstante, otro agente, amigo de la familia, decide pasar 13 años buscando al verdadero criminal para pagar una deuda moral.

 


         Cercana al original, aunque en este caso se ha cambiado el sexo de la agente (Julia Roberts) y la víctima sea su hija (en la argentina era la esposa de un policía), además que ya no hay ecos de la Argentina que se encontraba a punto del golpe militar ni sentido de corrupción. Dentro de la producción estuvo involucrado el realizador de la anterior y todos estos datos se deben a que es importante resaltar que estamos ante una versión desinfectada, directa, muy lógica, en lugar de los momentos de reflexión e implicación política.

 


         Secretos de una obsesión debe establecer el sentido de justicia y darle un cierre moral a lo que en otras condiciones permitía que se sufriera el silencio y continuara el infierno. La película es entretenida y a uno le llama la atención, y aplaude, que la Roberts haya asumido su edad y el tiempo sobre su rostro sin maquillaje. Chiwetel Ejiofor, en el rol que interpretara Ricardo Darín, cumple perfectamente aunque ahora su amor por la procuradora de justicia Nicole Kidman nunca llegue siquiera al beso.

 


         Queda como un acercamiento a la época histórica y a las injusticias que se derivarían hasta la xenofobia, por ejemplo, cuando ocurren las grandes tragedias nacionales. Algo semejante a la reciente situación francesa. Lo demás sigue las reglas de Hollywood en cuanto al desarrollo de una cinta de intriga y suspenso. No hay mucho que analizar fuera de ese convencional final. Mero entretenimiento.

viernes, 11 de diciembre de 2015

AMOR APASIONADO Y EXPLÍCITO


LOVE
2015. Dir. Gaspar Noé

 


         Murphy (Karl Glassner) conoce a Elektra (Aomi Muyock) e inicia una relación apasionada que se ve trastocada por los celos y las infidelidades. A pesar de que ambos experimentan sexualmente, las reacciones son contradictorias: Murphy estalla enojado ante algo que él provocó. Elektra le cuenta relaciones con las cuales le ha engañado. Siempre terminan haciendo el amor. Todo se narra fragmentariamente, desde que Murphy recibe una llamada donde se entera que ella ha desaparecido.

 


         Filmada con escenas de sexo explícito: la primera escena muestra a Elektra masturbando a Murphy hasta que le produce la eyaculación, la cinta tiene la finalidad de mostrar, como expresa Murphy, aspirante a cineasta y alter ego del realizador, “una sexualidad romántica”. En otro momento dice: “¿qué es lo más importante de la vida?” a lo que se responde, “el amor”. La siguiente pregunta es “¿y después del amor?”, se responde “el sexo”.

 


         Noé utiliza a esta pareja para mostrar las variedades de la sexualidad como parte de la experiencia amorosa: un trío, la alternativa de un transexual, un club de relaciones entre personas que ni se conocen u otros compañeros. Es un largo retrato de la pasión amorosa, de la obsesión entre un hombre por una mujer que llegará al llanto.

 


         Para provocar más al espectador, Noé la ha filmado en tercera dimensión y así vemos a un pene eyacular directamente desde la pantalla. Y curiosamente, no resulta vulgar. Si al principio agrede, luego se va uno acostumbrando a ver estas descripciones gráficas porque todo es resultado de la consumación amorosa. No es la primera vez que una cinta de gran producción utiliza la inserción de escenas explícitas (el fraudulento Von Trier lo ha hecho; Winterbottom con Nueve orgasmos; Bellocchio con El diablo en el cuerpo, entre otros). En este caso es frecuente, a todo color y con la visión estereoscópica. El argentino Gaspar Noé, radicado en Francia, ya había explorado la sexualidad en Irreversible (2002) con el caso de una brutal violación.

 


         Una experiencia peculiar que no cansa ni escandaliza, simplemente muestra lo que sucede en la intimidad de una pareja que se odia, se ama, pelea, se besa y fornica, para enfatizar el sentido de la pasión o el sentido de la vida…

martes, 8 de diciembre de 2015

GRATA SORPRESA


600 MILLAS
2014. Dir. Gabriel Ripstein.




       El muy joven Arnulfo (Kristyan Ferrer, excelente) transporta armas que consigue en Estados Unidos hacia México junto con un cómplice norteamericano. Las constantes compras levantan la sospecha del agente federal Hank (Tim Roth) que lo sorprende en una de ellas, pero es golpeado por el compañero de Arnulfo. Éste no sabe qué hacer: es novato. Prefiere llevarlo consigo para ver cómo logra información o puede servir para sus contactos mexicanos. Inicia un viaje hacia Culiacán donde trae consigo al agente. Se comporta de manera muy normal y gentil hacia el hombre por lo que su relación, externamente, toma matices de una amistad sublimada.




       Ópera prima del hijo de Arturo Ripstein quien, afortunadamente, no demuestra que sea “hijo de tigre, pintito”. La cinta tiene tan buen ritmo exterior (e interior), al grado que atrapa al espectador quien, de pronto, se sorprende al ver que la cinta ha terminado (dura 85 minutos). Se va narrando el proceso de adquisición de armas legales para su uso por la delincuencia organizada en México. Arnulfo los pasa camuflados en las camionetas que le proporcionan en nuestro país. Luego se sigue con el problema entre seres humanos: primero agente que hace su trabajo para después tornarse en prisionero del joven quien lo transporta hacia su familia. El camino hace notar la ingenuidad, la presa virgen todavía acechada por el cinismo y la corrupción. Hay pequeños toques que humanizan al joven Arnulfo, emocionado por una jovencita a la cual compra una joya o imposibilitado moralmente para asesinar a una persona aunque no puede permitir el crimen injusto.

 Arnulfo va con su tío (Noé Hernández), también delincuente,
para darse cuenta de terribles consecuencias

       Hank, por su parte, comprende este rasgo heroico de su joven salvador, en cierto momento, que será importante cuando su rol pase de víctima a poderoso. A la hora de la verdad, ha sobrevivido gracias a Arnulfo. Hank, por su parte, ha intercambiado algunas confidencias con el joven sin que tenga dobles intenciones y hasta se conmueva por la historia conyugal del agente. La cinta termina de pronto porque todo se ha dado a entender y no queda más que redondear al personaje federal. La cinta es, entonces, una radiografía de la humanidad. Una imagen de la inocencia antes de la corrupción. El entendimiento dentro de la sinrazón y el caos en que estamos sumergidos.



Uno de los mejores actores jóvenes del cine mexicano actual,
aunque a veces elige tramas estúpidas ("Guten tag, Ramón", por ejemplo)
       Esperemos que al joven Ripstein no le toque repetir la triste historia de su padre quien también ofreció unos años con títulos deslumbrantes para luego caer en el fastidioso tedio y en las cintas desesperantes, sin sentido, que a nadie le importan y continuar viviendo de la fama creada y de las relaciones personales. En este caso, se contó con el apoyo de Televisa y sus poderosos, con la ventaja de que no resultó ser un producto infame o superficial. Bien vale la pena como inicio de carrera, por lo pronto, prometedora.  


Gabriel Beristaín, con su actor, en el Festival
de Berlín donde ganó el premio de ópera prima