domingo, 18 de mayo de 2014

90 AÑOS DE LOS ESTUDIOS MOSFILM



LA BALADA DEL SOLDADO
(Ballada O Soldaten)
1959. Dir. Grigori Chujrai.


        Este jueves 22 y viernes 23 de mayo de 2014 se exhibirá La balada del soldado en la Cineteca Nuevo León dentro de un espléndido ciclo que festeja los 90 años de la creación de los Estudios Mosfilm cuando había triunfado la revolución que llevó a la conformación de la Unión Soviética. No desaprovechen la oportunidad. Fue una cinta que tuvo éxito mundial y otra aportación que pudo ir rompiendo lentamente las cadenas en que el régimen estalinista tenía al cine soviético. Luego del realismo socialista que obligaba al cine nacionalizado a centrar sus cintas en la exaltación de los personajes proletarios o los sacrificios patrióticos sin permitir caer en las tramas que dieran expresión a los sentimientos o hablaran de la gente común y corriente, campesina o urbana, en la segunda mitad del siglo XX, muerto Stalin y con el sucesor Khruschev, hubo quienes se atrevieron a someter historias de este tipo.

Un jovencito Vladimir Ivashov (1939 - 1995) como el soldado Alyosha


        El joven Alyosha (Vladimir Ivashov), con apenas 19 años, logra eliminar dos tanques de guerra alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Este acto de heroísmo le permite pedir unos días de licencia para ir a ver a su madre de la cual no se había despedido. En el largo trayecto hasta su pueblo conoce a diversos personajes que le dan una idea de los valores del mundo, le brinda la ilusión del amor y hacen que su esfuerzo rinda frutos por unos minutos.



        La película tuvo muchas dificultades para su permiso de rodaje, primero; luego una enfermedad del director Chujrai; posteriormente su rechazo al reparto que le habían asignado por lo que se decidió a ofrecer los papeles a jóvenes estudiantes de arte dramático. Durante la filmación se vivieron otras situaciones accidentales que hicieron que pidiera el cambio del director de fotografía. Finalmente la película terminó y comenzó a brillar en diversos festivales. Su guión fue nominado al prestigioso Óscar en sus buenos tiempos.



        Y es que la película habla sobre personajes cotidianos cuyos destinos están regidos por la guerra. Ya no está el discurso triunfalista, sino la expresión antibélica: la guerra separa familias, mata personas, endurece y corrompe al hombre. No obstante, también dice que hay gente con buenos sentimientos: algunos se apoyan, otros colaboran. Es lo que sucede con el joven Alyosha a quien no le importa perder algo de tiempo con tal de ayudar, disfrutar de breves momentos del primer amor, entregar un pañuelo a su madre.

La imagen más conocida de "La balada de un soldado"
Ivashov abraza a la bella Zhanna Prokhorenko


        El realizador Chujrai había filmado otra cinta exitosa previamente (El 41) que ocurría durante la última revolución bolchevique: una combatiente roja se enfrentaba con un oficial blanco que podría ser su víctima número cuarenta y uno, pero la situación en que estaban los llevaba a otro tipo de solución.  La cinta, filmada en 1956, formaba parte de ese bloque de cintas que iban modificando al cine soviético (“Cuando pasan las cigüeñas” de Kalatozov, 1958, o “Nueve días de un año” de Romm, 1961, son otros títulos).

Noche de carnaval - Solaris - Afonya


        El ciclo iniciará este martes 20 y miércoles 21, con una comedia musical acerca de un grupo de actores y cantantes que quieren impedir los planes de un jefe cultural por presentar una aburrida celebración en Noche de carnaval (1956) dirigida por Eldar Ryazanov quien se distinguiría por su antisolemnidad. Luego de la cinta que les he mencionado, llegará la versión original de Solaris (Tarkovski, 1972) que abrió al cine soviético el género de ciencia-ficción en la era moderna (hubo un experimento en la época silente, ahora de culto, llamado "Aelita" (1924, Protazanov). El martes 27 y miércoles 28 estará Afonía que es el diminutivo del nombre Afanasi que es como se llama el protagonista principal, un cerrajero que vive embriagado para imaginar una vida mejor a la que tiene: es dirigida por un gran director llamado Georgui Daniela.

Varios días en la vida de Oblomov - La sala N| 6



        Luego vendrá Varios días en la vida de Oblomov (1979)  de Nikita Mijálkov (quien se haría popular por ganarse el Óscar por mejor película extranjera en 1994: “Quemados por el sol”) donde se habla de un personaje burgués del siglo XIX que debe cambiar su vida decadente para ganar el amor de una mujer; y finalmente se tendrá La sala número seis (2009) basada en un cuento de Chéjov (adaptado a tiempos modernos) donde un psiquiatra se torna en paciente de su propio hospital. Dirigida por Karén Shajnázarov, quien es el actual director de los Estudios Mosfilm. Todas las películas son importantes por sus temáticas y por sus rupturas y transgresiones, aparte de dar un panorama de la evolución de una cinematografía que, a la distancia, resulta riquísima en propuestas y discursos. No dejen de asistir...


EL SALVADOR DEL PLANETA

GODZILA
(Godzilla)
2014. Dir. Gareth Edwards.


        La nueva cinta sobre el legendario monstruo japonés que apareciera por primera vez hace sesenta años (como "Gojira") para dar lugar a innumerables secuelas hasta la superproducción de 1998 dirigida por Roland Emmerich no es la típica película de acción y monstruos. Ahora Godzila viene a ser el salvador del planeta al conformarse como única alternativa para exterminar a dos especímenes antediluvianos que se alimentan de energía y están buscándose (son macho y hembra) para apareamiento e inmediato desove con la consecuente terminación del mundo en que vivimos.



        En 1999 la pareja de científicos Serizawa y Graham (Ken Watanabe y Sally Hawkins) van a investigar un terreno minero en Filipinas donde aparece un embrión de estos monstruos: otro ha escapado. Otra pareja de científicos Brody (Bryan Cranston y Juliette Binoche) sufren el primer ataque de este monstruo primitivo en una planta nuclear japonesa. La mujer muere. Pasan los años y el hijo de esta última pareja, soldado, debe ir a Tokio porque su padre insiste en descubrir la verdad detrás del ataque en su propia casa. De esta manera se establecen los antecedentes de los monstruos y el despertar de Godzila.

        Desde el inicio de la cinta, por medio de los créditos, van apareciendo imágenes de escritos de Darwin, tomas de las primeras explosiones nucleares, referencias de Nagasaki e Hiroshima. La sensibilidad del realizador lo lleva a ser elíptico. Notamos ciertas explosiones pero las destrucciones posteriores son mostradas cuando ya han sucedido: un submarino sobre árboles selváticos, Honolulu y Las Vegas con paisajes desolados luego del paso de las criaturas. El protagonista es Ford (Aaron Taylor-Johnson), el soldado que no comprende las obsesiones de su padre que se han interpuesto en su relación, pero quien deberá vivir las consecuencias de este pasado con su propia familia en una situación personal al proteger a un niño extraviado, al unirse externamente con soldados que van a la lucha y posteriormente, ya de manera oficial, tener la oportunidad de ser el héroe anónimo, testigo de la lucha entre monstruos. Todo este proceso se muestra sin darnos cuenta del paso del tiempo: hay más sugerencia que hechos.


        Y Godzila, quien siempre ha sido explicado como producto de mutaciones debidas a las explosiones nucleares, aparece poco en pantalla, pero cuando lo hace es impresionante. Viene a ser, como todas las cintas de monstruos o terror, la forma de exorcizar nuestros miedos ocultos. Uno está viendo el apocalipsis prometido en la pantalla con la esperanza de retrasarlo en la realidad.




        El director Gareth Edwards nos ofrece otra cinta espectacular pero contenida en sus concesiones hacia el público. Sabemos que este tipo de película “de verano” no es para gente pensante (y no lo expreso de manera soberbia o peyorativa) sino para personas que quieren solamente ver imágenes pasar ante sus ojos y quedarse con la anécdota y los efectos especiales: quizás por eso la cinta fracase (o gane por el morbo, mientras no se deje de recomendar a la película). O tal vez le agrade esta impactante alegoría sobre el descontrol del poder o el peligro inminente de la energía nuclear (cf. Chernobyl) o el caos paranoico luego de las Torres Gemelas o el entendimiento tardío de los sacrificios personales. Finalmente, la bestia vuelve al mar para que lo veamos tranquilo, impoluto...

sábado, 17 de mayo de 2014

LA CRUELDAD DE UN TIEMPO

EL GRAN HOTEL BUDAPEST
(The Grand Budapest Hotel)
2014. Dir. Wes Anderson.



        Una delicia. Cine de alto nivel para todo público dispuesto a recibirlo. Una muchacha, en este tiempo, se acerca al busto esculpido en homenaje a un admirado escritor europeo y saca un libro de su bolsa que lleva el título de la película. La acción se va a 1985 cuando el propio escritor nos habla de la barbarie que ha asumido la humanidad y cómo los autores se alimentan de la gente, sus historias y sus palabras. Entonces comienza a narrar lo que le sucedió en 1968 cuando llegó al Gran Hotel Budapest en la antigua república de Zubrowka y conoció al dueño del lugar quien le contó cómo lo adquirió para que, entonces, la acción se vaya a 1932 y seamos testigos de las aventuras y acciones de M. Gustave, el conciérge extraordinario que lo mismo lleva una rígida disciplina que seduce y hace felices a las ancianas huéspedes del hotel.

Un espléndido Ralph Fiennes al lado del expresivo Tony Revolori


        Una de ellas fallece y en su testamento le deja un cuadro “Joven con manzana” que produce la ira del hijo de la mujer. Gustave es acusado de un crimen que no ha cometido y entonces comienza toda una odisea para demostrar su inocencia. Para ello, cuenta con la ayuda del joven botones del hotel, o sea Zero Moustafá (quien es el narrador ya mayor que está contando la historia al escritor) donde intervienen situaciones extremas, delirantes, barrocas, visualmente estremecedoras y apantalladoras. El humor es fino y al mismo tiempo, vulgar. El reparto es multiestelar, aunque muchas estrellas aparecen en roles pequeños.

Un humor fino que llega al absurdo... ¡y la vulgaridad!


        Lo que Anderson nos entrega en su octava película es su espléndida mirada y su especial estilo de imagen y puesta en escena. Todo se siente artificial y al mismo tiempo es real como reconstrucción de época. La película cambia de formato a lo largo de su duración: primero es panorámica normal para luego pasar a la pantalla ancha y cuando la acción se traslada a los años treinta, toma la forma llamada académica, la que se utilizaba en las proyecciones de ese tiempo.

El magnético Adrien Brody como hijo perverso que persigue al conciérge


        Al término de la cinta nos enteramos que se inspiró en los escritos de Stefan Zweig, un escritor austriaco que nació en 1881 y se suicidó en 1942, decepcionado por la persecución de los nazis ante su condición judía. Zweig fue prolífico autor de biografías espléndidas (“Fouché”, “Erasmo de Rotterdam”) y novelas que no han perdido su vigencia porque tratan temas que no pasan de moda (“La confusión de los sentimientos”, “Carta de una desconocida” o “Impaciencia del corazón”, entre varias). Si uno mira el retrato de Zweig podemos ver al personaje de Gustave en lo físico (Ralph Fiennes brinda una actuación magistral: un manejo del humor que pocas veces se le ha visto), aunque en realidad la cinta no se basa en ninguna trama de Zweig, ni en su vida, sino en los tiempos y épocas que le precedieron o fueron fijados en sus escritos. 

El aspecto físico de Fiennes se inspira en el escritor Stefan Zweig

         Zweig escribió su autobiografía llamada “El mundo de ayer” que fue publicada póstumamente y donde dejaba claro que fue testigo de la crueldad de su tiempo, aunque hablaba bien de otros tiempos y momentos en la vieja Europa. Anderson partió de esa actitud derrotada para hablar de una era, de las bondades, las riquezas y los placeres que fueron cortados de cuajo ante la guerra provocando la decadencia conformada por los poderosos que se aliaron con el nazismo o el fascismo general.

Stefan Zweig (1881 - 1942) captó a la Europa de la gran época en sus libros.
Luego denunció la crueldad de su tiempo, la persecución racial...


        Aquí tenemos un 1932 parte aguas, un heredero perverso, un hombre que hacía felices a las mujeres, un joven que se convierte en aprendiz de la dignidad y la disciplina. La película no presenta concesiones pero tiene un sentido del humor soberbio que llega al absurdo, aunque eso no es ajeno al cine de su realizador. Otra obra maestra en lo que va del año: un autor que recoge una tesis desoladora para crear una historia de amor con humor. Y no se queda en eso, uno siente el homenaje al cine de los años treinta, aquel que realizaban Lubitsch y Borzage. No cualquiera filma este tipo de película. No cualquiera lo percibe como debería recibirse. No cualquiera rescata el discurso de viejos escritores valiosos para tornarlos en reflejo de una realidad contemporánea. No importa mientras se siente el goce, el placer, el deseo de compartir una nostalgia inteligente para hablar de la decadencia en que vivimos, aquélla que tuvo un punto de partida sin sentirlo y que nos ha llevado al caos cotidiano que se arregla cuando se crea una película como El gran hotel Budapest para controlarlo.

Wes Anderson, director extraordinario

       


domingo, 11 de mayo de 2014

ODISEA - CALVARIO

LA JAULA DE ORO
2012. Dir. Diego Quemada-Díez.

        Juan (Brandon López), Sara (Karen Martínez) y Samuel (Carlos Chajón) emprenden el viaje hacia Estados Unidos. Son guatemaltecos que viven en la miseria. Por el camino se les une el indígena Chauk (Rodolfo Domínguez), quien no habla español, ante el rechazo de Juan quien no lo acepta. El muchacho, de todas maneras, los sigue y crea amistad con Sara quien se hace llamar Osvaldo, ya que se ha ceñido los pechos y cortado el pelo para hacerse pasar como hombre. Cruzan hacia México pero son descubiertos y vueltos a Guatemala. Reinician el viaje, pero Samuel decide quedarse. El indígena se les vuelve a unir.



        Todo lo que sigue es la odisea-calvario que viven los tres. No puede contarse la trama sin revelar situaciones inesperadas. Lo que sucede, ya como seres humanos, es la solidaridad. Juan viene aceptando a Chauk quien tiene un enamoramiento sugerido con Sara. Hay diversas cuestiones que los van retrasando pero que les permiten reforzar su relación. Y sucede lo que en otras películas donde el tiempo se extiende de manera imperceptible. Hay que considerar que la distancia entre frontera sur y frontera norte en México son cuatro mil kilómetros que se recorren legalmente y con medios, en tiempo específico. Aquí hay leyes, violencia, abuso, secuestro, desprecio.



        “Aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión” dice el refrán y la película es una reflexión sobre esta sabiduría popular. Por otro lado, el argumentista que fue el mismo director, posee la inteligencia suficiente para mezclar y resumir en una trama, sin llegar a la obviedad, los elementos alrededor de quienes han escogido la búsqueda de la felicidad migrando ilegalmente: algo que uno jamás podrá imaginar sin vivirlo en carne propia ¡y es terrible! La película muestra escenas de nieve cayendo. Esta nieve sella una amistad y da lugar al recuerdo y a pensar en lo de antes.



        Junto con Sin nombre (Cary Fukunaga, 2009) y La vida precoz y breve de Sabina Rivas (Mandoki, 2012), tenemos tres cintas que toman en cuenta el problema de la frontera sur, vistas en sus diversos aspectos, obstáculos y dificultades. Lo que hace que La jaula de oro se destaque sobre las demás, es que reúne todos los factores y llega a consecuencias impensadas.

Brandon López, Diego Quemada-Díez, Karen Martínez y Rodolfo Domínguez



        ¡Ah, y qué reparto!  Brandon López es carismático y magnético. Karen Martínez llega a conmover por su vulnerabilidad. Rodolfo Domínguez tiene el físico preciso de su raza. Todo el tiempo manejan nuestra atención, pero algo que debe reconocerse al director es que hizo brillar a sus protagonistas. Nadie más, del grupo de comparsas o de roles incidentales, llama la atención. La cinta se centra en sus tres protagonistas principales y ninguna otra persona importa.

lunes, 5 de mayo de 2014

DEL ENTUSIASMO A LA DECEPCIÓN

LOS INSÓLITOS PECES GATO
2013. Dir. Claudia Sainte-Luce
NO QUIERO DORMIR SOLA
2012. Dir. Natalia Beristáin.
OBEDIENCIA PERFECTA
2012. Dir. Luis Urquiza.


        Luego de ver dos películas simples acerca de la necesidad de las relaciones humanas y del sentido solidario que permite subrogar la soledad (Los insólitos peces gatos o No quiero dormir sola) donde las actuaciones son naturales, sin inflexiones ni exageración, mostrando una parte de la realidad que nos es contundente: la importancia de la familia y cómo de pronto nos damos cuenta de ella, se recupera la fe en nuestra cinematografía.



        Los insólitos peces gato (2013, Claudia Saint-Luce) es el encuentro de dos personas que sufren: Claudia (Ximena Ayala) es empleada de supermercado que debe internarse en un hospital por apendicitis. En la cama adjunta está Martha (Lisa Owen), madre de cuatro hijos (por tres padres distintos) quien es HIV positiva. Una simple conversación hace que inicie una amistad. Claudia de pronto forma parte de esa familia donde la hija mayor es la más renuente y endurecida. La hija siguiente es una gorda depresiva, con tendencias autodestructivas. Y luego vienen la hija menor y el único hombre que están en la secundaria. 


Se crean lazos de unión que permiten la interactuación entre los viajes frecuentes al hospital de la mujer que se encuentra en fase avanzada de enfermedad y el trabajo de la joven “adoptada” quien puede, de esta manera, sustituir su soledad y falta de amor en el marco de una célula social reducida a su mínima expresión. El amor prevalece.



        No quiero dormir sola (2012, Natalia Beristáin) es el descubrimiento forzado que hace una nieta (Mariana Gajá), fotógrafa solitaria, de su abuela, actriz retirada (Adriana Roel, extraordinaria a sus 78 años durante el tiempo de filmación), a la cual descubre entre la basura de su casa, el descuido total por parte de su padre (hijo de la actriz). La lleva a la Casa del Actor para que viva decorosamente pero se da cuenta que ya no hay marcha atrás: entre el Alzheimer, el esplendor perdido, la imposibilidad de una recuperación familiar, la joven mujer deberá tomar una decisión extrema. 

Al menos, este choque generacional: este espejo del futuro que refleja al patético presente, le dará la alternativa de buscar otro rumbo, el que ya no le está permitido a la abuela senil que ha llegado a una etapa detestable de la existencia que se quiere pintar color de rosa cuando en realidad es el gris mediocre o el rojo infernal.



        Luego de ver Obediencia perfecta (2012, Luis Urquiza) todo el entusiasmo previo se pierde. Es importante que se denuncie la pederastia de los sacerdotes (sobre todo de aquellos que tienen mayor poder) y la complicidad de la Iglesia Católica (aunque no se duda que debe existir en el seno de otras organizaciones religiosas): no hay peor crimen que atacar la inocencia de niños y jovencitos: habría que mutilar genitales y quemar vivos en leña a cualquiera que lo haga (sacerdote o no).



El crimen de la película es que se denuncie a través de pésimas actuaciones y estereotipos formales. Al padre Alberto de la Cruz (Juan Manuel Bernal) solamente le faltó traer cuernos literalmente para mostrarlo como diablo. Desde el primer momento se describe lo obvio: miradas lúbricas, seminaristas bonitos, situaciones comprometedoras, sacerdotes amanerados (como el pésimo Juan Ignacio Aranda deseando acercarse un poquito a lo que fue su padre López Tarso en sus buenos tiempos: no en su repetición de madurez), benefactoras sospechosas, escenas de sexo entre pseudobeata y sacerdote: todo dirigido a la alteración de las emociones del espectador, pero pensando en su instinto y no en su cerebro. Uno esperaría mayor inteligencia en realizar un contraste entre la imagen y la realidad (por ejemplo, cuando vemos al sacerdote bailando: inesperado). Uno habría querido que esos tipos de obediencia definidos por Ignacio de Loyola se definieran de manera sutil que luego se tornara insoportable (quieren dar contexto y confunden). Uno quisiera que al final no se oyera una frase donde se dice que en realidad fue algo que las víctimas buscaron y desearon. ¿Entonces?




         

viernes, 2 de mayo de 2014

CON VIAJES ASÍ...


NON – STOP (Sin escalas)
2014. Dir. Jaume Collet-Serra


        Un oficial (Liam Neeson) que vigila los vuelos internacionales de una aerolínea recibe mensajes en su celular (durante un vuelo que se dirige a Londres) donde le indican que deben depositarse 150 millones de dólares en una cuenta especial o se empezará a asesinar a pasajeros cada veinte minutos. De esta manera inicia una mezcla de géneros que van de la acción al suspenso. No es fácil comentar el argumento sin revelar situaciones específicas que no se pueden dar a conocer sin echar a perder las sorpresas posibles.

        La película es la segunda del catalán Collet-Serra (quien ha hecho su carrera en Hollywood desde la excepcional “Casa de cera”) con Neeson (la anterior fue “Desconocido” y ya están filmando un tercer título).
Neeson se ha convertido en prolífico actor (al estilo Nicolas Cage), refugiándose en el cine de acción donde se perpetraron dos obras maestras del género (“Búsqueda implacable 1 y 2”) y otras menores como la que hoy nos ocupa. La cinta tarda en llegar al espectador porque hay una primera secuencia que quiere establecer la realidad actual del personaje interpretado por Neeson. Luego hay otros distractores en el camino (un pasajero preguntón, otro que impide el flujo de la aduana, una niña que viaja sola por primera ocasión).  Y finalmente, cuando comienzan a llegar los textos a su teléfono, se confunde entre un compañero de trabajo que resulta ser, repentinamente, un malhechor.



        No queda más que detenerse en el ritmo y en las dudas que se van plantando en el espectador para que piense que cualquiera puede ser el villano en un microuniverso cerrado, sin salida ni lugar a solución. Se agradece que no se llegue a los estereotipos usuales (por ahí anda un árabe) ni que la trama se dirigiera hacia el melodrama de la niña que aparece al inicio. No obstante, hay momentos en que la trama se sale de control pero vuelve mágicamente al carril. Lo que es notorio es el protocolo que se sigue dentro de un vuelo, lo hemos vivido y nos damos cuenta que somos más ovejas que pastores.



        El elenco se agradece: aparecen Julianne Moore y Linus Roache como pasajera y piloto, respectivamente, con personajes ambiguos. Inesperada presencia de la ahora popular Lupita Nyong’o, ya que fue filmada inmediatamente después de “12 años esclavo”.



Así que, sin mucha discusión y debido a la ética de no revelar situaciones, les aseguro que pasarán un rato entretenidos pero, al final, se darán cuenta de lo que significa el manejo de tramas y personajes que dan a entender las diferencias entre éxito y medianía dentro de un mismo género. Compare “Tres días para matar” (ahora que la estrenen: un excelente ejemplo de diferencia entre cintas de mismo género) o las mencionadas “Búsquedas” con esta cinta y se dará cuenta de que la cuenta queda en números rojitos. Mejor nos quedamos en casa.