domingo, 30 de marzo de 2014

ABURRIMIENTO TOTAL

NOÉ
2014. Dir. Darren Aronofsky


        En el pecado se lleva la penitencia. No contento con haber sido torturado desde “Pi” hasta “El cisne negro” con las pretenciosas y aburridas películas de Aronofsky, el morbo (y las falsas ilusiones de que iba a recuperarse alguna de las sagas bíblicas del pasado) me llevó a ver “Noé” para desperdiciar otras dos horas de mi vida y por consecuencia, pagar mi desatino.

        Pues resulta que Noé vive las tentaciones que tuvieron Eva y Adán en el paraíso y duda del Señor porque no le habla. Confunde su misión con la destrucción de la humanidad en lugar de ser esperanza de avance y reconstrucción. Sufre por desavenencias con su hijo Cam.

        Uno sabe que hay libertad de creación, sobre todo con los cuentos metafóricos que nos narra la Biblia, pero aquí, el inútil y engañabobos Aronofsky cayó en el extremo del melodrama, confundió a los seres caídos con una mezcla de “Transformers” y “hombre de roca”, cayó en las incongruencias más terribles (dentro de su lógica narrativa) y terminó con una apología del incesto (que no queda de otra si se toma la historia de Noé al pie de la letra).

        No hay momentos de relación con el espectador. La atmósfera oscura y distópica llega a aburrir en lugar de producir cercanía. Y no contento con alargar su cinta, todavía nos ofrece un relato de la creación del mundo, cuando uno quiere que ya se resuelva y termine la cinta que, aún en su secuencia final, sigue y sigue interminable. ¡Que pifia! ¡Cuanta soberbia!
 
        Una de las peores películas de 2014. No vale la pena extenderse más.

jueves, 27 de marzo de 2014

MARIO RUIZ ARMENGOL (1914 - 2002)

Dónde hallaré,
lo que siempre anhelé



El pasado 17 de marzo se cumplió el centenario de Mario Ruiz Armengol, compositor veracruzano, excelso, a quien debemos música sinfónica y canciones inolvidables. Una de las más hermosas composiciones de este genio del siglo veinte es "Dónde" que canta el Cuarteto Armónico o la fea y talentosa Verónica Ituarte.

https://www.youtube.com/watch?v=Y_0VR9m_gQo

Esta canción la descubrí hace muchos años en un LP de la Capitol que lanzaba a "Gabriela", una cantante de la cual no venían mayores datos y se le presentaba como gran descubrimiento anónimo...

Don Mario también musicalizó películas como El Ángel Negro, Resurrección, El Paisano Jalil, Mujeres y Toros, Del Brazo y por la Calle. Compuso estudios sinfónicos, miniaturas, música para arpa, música para violín y piano, entre una vastísima obra. También compuso Silenciosa, Muchachita, ¡Amor qué malo eres!

De hecho, en la película del mismo nombre de esta última canción mencionada, dirigida por José Díaz Morales en 1952, su productor y estrella Emilio Tuero la canta mientras lo acompaña el propio compositor...

Tal parece que en 1914 los astros se alinearon para que nacieran grandes talentos, grandes personalidades...

No olvidemos que entre los boleros de años muy pasados hay verdadera poesía en las letras de muchas canciones, como ésta...

Dónde hallaré,
lo que siempre anhelé
un corazón de verdad
Dónde estará el que pueda llegar 
a comprender mi ansiedad
Sería tan feliz si yo encontrara un corazón
que diera a mi existir sinceridad y comprensión
no, no puede ser 
que no pueda encontrar 
un gran amor de verdad

domingo, 16 de marzo de 2014

HUELLA DEL PASADO...


Esta entrada va dirigida hacia los apasionados del cine mexicano. Dudo que los jóvenes sepan sobre este actor (o que simplemente les interese).


XAVIER LOYÁ TODAVÍA SIGUE VIVO EN FEBRERO 2014


        Me llamó la atención un artículo que venía en la revista Gatopardo, en su edición de febrero. La portada mostraba al cantor Jaime López, pero en un extremo superior derecho venía la pregunta “¿dónde está Xavier Loyá?” que me puso a pensar porque tenía la idea de que había muerto hacía tiempo. ¡Y nada! Sigue vivo con 80 años encima (nació en diciembre de 1933). Por eso compré la revista para luego encontrar el reportaje por Internet, pero no importa: nunca será lo mismo pasar los dedos sobre una hoja impresa que simplemente mover los ojos sobre lo que aparece en una pantalla.



        El reportaje, original de Guillermo Sánchez Cervantes, establece que vive en un departamento de vecindad por la Colonia Juárez del Distrito Federal. Inicia con la siguiente aseveración: “Yo no nací actor. Fui escogido para serlo. Escogido por Dios, ¿comprendes?”. Lo describe vestido de azul marino, con el rostro maquillado, anillos grandes en los dedos, mascada fucsia alrededor del cuello. Esta imagen no es la que presenta la foto que reproduzco aquí arriba donde uno mira a un viejo con cabello pintado de negro, un porte elegante, su complexión delgada y su postura erecta.



        Ustedes pueden leer el artículo mencionado en la siguiente dirección http://www.gatopardo.com/EstilosHomeGP.php?Id=727 por lo que no vale la pena refritear sus datos. Lo que me interesa comentar es que Loyá fue un actor que estuvo entrando y saliendo del cine mexicano teniendo de pronto roles de interés y luego, papeles pequeños. Es el tipo de actor al estilo Esteban Márquez o Roberto Cobo, dentro del cine de Buñuel (“La hija del engaño” o “Una mujer sin amor”; entre la gran cantidad de personajes en “El ángel exterminador”). Su debut fue con un rol estelar en “Huellas del pasado” (Crevenna, 1950), al lado de Libertad Lamarque. Luego de tres cintas dejó pasar cinco años para volver al cine porque se fue a estudiar al Actor's Studio y se dedicó al teatro y a lo que fue el teleteatro. Volvería intermitentemente al cine hasta 1991 con hiatos en algunas ocasiones. Han sido 64 años desde su primera intervención fílmica, con algunos títulos memorables, genarescos, como "Peligros de juventud", "Juventud desenfrenada", "Muñecos infernales", entre muchos otros...

"Huellas del pasado" (1950), su debut.

"Una mujer sin amor" (1951) de Luis Buñuel.

"Santa Juana" de Bernard Shaw, en el canal 4 de televisión,
presentada en vivo, bajo la dirección de Julián Soler,
con Maricruz Olivier.


        Siguió refugiado en la fotonovela (como productor y guionista), además de participar en videohomes , para convertirse en otro sobreviviente de una época estupenda, aquellas estrellas nacidas entre 1929 y 1934 que se nos han ido apagando poco a poco. Loyá está vivo todavía y hasta tiene un blog (xvrloya.blogspot.com) donde pueden encontrarse fotos e interesantes noticias de antaño. Sin embargo, en otra entrevista, mencionó que ya no quería vivir porque su vida sin cine no tiene sentido... ¡Qué cosas!



        

ILUSIONES PERDIDAS

LA VIDA TIENE TRES DÍAS
1954. Dir. Emilio Gómez Muriel.



Los años le han dado otros matices a las películas mexicanas que en su momento fueron consideradas como “churros”. Había una crítica centrada y sin petulancia que miraba a nuestro cine como algo natural y daba su opinión considerando temática y estilo; no obstante, la crítica surgida en los años cincuenta y, sobre todo, en la década siguiente, decidió negar a todo lo que no fuera De Fuentes (“El compadre Mendoza”) y Buñuel. Lo demás no importaba. Y resulta triste saber que George Sadoul, el crítico francés, fue quien le dio el Vo. Bo. a De Fuentes. Nos tocó un grupo de críticos solemnes, cultos, interesados en el cine norteamericano y europeo, que nos dejaron joyas literarias con sus escritos y percepciones, pero que lamentablemente fueron parcialísimos con el cine nacional. No importa: el tiempo coloca todo en su lugar. Los nuevos ojos encuentran otros valores sobre las cintas viejas. Ahora nos damos cuenta de audacias, subtextos, ironías. Ya lo he comentado en otras entradas de este blog con películas de Galindo, Alcoriza, Morayta.



No puede dejarse atrás a otros cineastas. El potosino Emilio Gómez Muriel (1910 – 1985) fue un técnico hábil que tuvo sus inicios al lado del fotógrafo Paul Strand y el realizador Fred Zinnemann cuando se filmó “Redes” en 1934 (o sea que está cumpliendo su octogésimo aniversario). Aparte de ser editor y productor de películas importantes en Clasa Films, luego pasó a la dirección a partir de 1943 con “La guerra de los pasteles”. Nuestra industria fílmica no es excepción de otras internacionales en los tiempos cuando se producía de manera constante. Los directores pasaban de un proyecto épico al cine de comedia o el melodrama. Gómez Muriel es el responsable de varias cintas que elevan al género hasta lo sublime: “Anillo de compromiso” (1951) o “Eugenia Grandet” (1952), adaptación de la novela de Balzac al México de los años treinta, son ejemplos de ello donde el amor va más allá de cualquier impedimento social o familiar: La joven que se casa con el compañero iracundo y orgulloso hasta llegar al empeño del símbolo de su matrimonio o la joven pueblerina, víctima de la avaricia de su padre, que sufre un engaño que la endurece contra cualquier enojo del progenitor.



            Hace poco me reencontré con La vida tiene 3 días, melodrama producido por Clasa Films Mundiales y Armando Orive Alba, que trata el conflicto de pueblo contra ciudad, sueño contra realidad, o simplemente el tema tan común en la vida cotidiana acerca de”las ilusiones perdidas”, como bien lo narró Balzac en su novela donde el joven Lucien anhela ser poeta pero termina convirtiéndose en ser mediocre porque piensa que la “idea” de su estatus como creador es más importante que la “obra”, lo que sustenta al sueño. Lo importante de esta película es que mantiene un discurso bastante cercano a muchos de nosotros: lo que no logramos en el paso terrenal aunque siempre lo deseamos; la cercanía al goce y disfrute de otros entes o cosas sin alcanzarlas; el rechazo a la posible felicidad, aunque efímera, porque primero hay que hacer lo que se “debe” en lugar de lo que se “desea”. (Y, curiosamente, hay otra aproximación indirecta y casual hacia el novelista francés). Aunque se hable de los finales felices exigidos por los productores, uno se da cuenta que en el fondo no hay tales y que esa complacencia que se reclama a nuestro cine es aparente en muchos casos.

Chabela Durán al inicio de la cinta canta "Por última vez" de Gonzalo Curiel


            Alberto (Carlos Navarro) es músico y compositor. Vende sus canciones populares a otras personas que las hacen pasar como suyas y se convierten en éxitos. Su editor, que además es su jefe, le reclama que lo haga evitando regalías y fama, pero Alberto espera el triunfo con su música culta, de altura: no anhela el reconocimiento por la canción popular. María (Silvia Pinal) es una joven de pueblo, hija del farmacéutico del lugar, pianista que da clases a niños. Cierto día escribe al compositor de la sonata que le gusta y entablan correspondencia. Ella lo admira y se lo hace saber. El día que Alberto va a viajar para conocerla, aparece su novia para informarle que está embarazada. El compositor le cumple y deja de lado a María. Pasan varios años, Alberto tiene cuatro hijos y ha dejado de lado los sueños de triunfo. Su último Nocturno, editado por él mismo, ha vendido cuatro copias y una de ellas adquirida por María. Alberto la vuelve a recordar y le escribe. María, quien vive desilusionada, sobre todo ahora que su padre ha vuelto a casarse con una mujer a la cual rechaza, lo mismo que a su novio, el mecánico del pueblo (Carlos Rivas), decide lanzarse a la aventura e ir a la capital.

Alberto despide en la estación de trenes a su familia


            Alberto recibe la noticia e impulsa a su esposa (Celia D’Alarcón) para que vaya al mar junto con los niños ya que coincide un fin de semana largo y luego de dejar a su familia en el tren, espera la llegada de su admiradora. De esta manera logrará vivir con María tres días de una vida alterna, la que siempre soñó, haciéndose pasar como autor triunfador, cercano a la sociedad, además de tener a la persona que le admira y le da sustento a su vida imaginaria donde pasean, cuidan a un perro callejero, visitan tiendas de ropa. Finalmente, debido a unas llaves olvidadas y al directorio telefónico, María llega a la vivienda de vecindad donde Alberto reside con su familia. Se da cuenta del engaño y se lo hace saber al compositor quien, hasta ahora, no ha tenido intenciones de índole sexual hacia ella. Se reencuentran en la estación de trenes para despedirse: al partir María, llega el tren de Veracruz donde retorna la realidad, aquello que ahora valora de otra manera: su familia.

María rechaza el matrimonio con su novio mecánico (Carlos Rivas)


            Un melodrama ejemplar, como tantos otros que nos legó el cine mexicano. Ahora cumpliendo su sexagésimo aniversario, estamos ante personajes soñadores que desean otras vidas, cada uno por situaciones contrarias entre sí. Mientras María tiene aspiraciones mayores, artista de ciudad, con el deseo de escapar del destino que le anuncia ser la maestra de piano (y la esposa del mecánico) del pueblo, sin jamás decidirse a la rebelión hasta que le llega la carta de su posible cómplice, Alberto comparte ese anhelo de grandeza con una música culta que nadie desea escuchar, vive decepcionado por haber caído víctima de un destino nunca esperado (el embarazo de su novia y los subsecuentes hijos que llegan) por lo que la decisión de escribirle a su admiradora María le brinda otra alternativa, otra salida.

Alberto y María disfrutando de una felicidad que será fugaz


            Ambos personajes viven sus anhelos bajo las extremas limitaciones: María en su ámbito rural-tradicional y Alberto en la urbe contrastante y despiadada. Alberto viene a ser una puesta al siglo veinte del Lucien balzaciano con sus ilusiones perdidas que, por más que lo intente, no logrará recuperar. María, por su lado, busca alcanzar la realización de sus sueños, al lado de un hombre que imagina mucho mejor que ella y sus opciones de pueblo. No obstante, al final terminará resignada, de vuelta a su realidad. Una trama agridulce ya que los dos tendrán que continuar con el simple recuerdo de momentos que imitaron lo que pudo ser alguna vez y que se extravió en algún punto del camino en la vida de Alberto o jamás estuvo presente en las posibilidades de María. En realidad es el relato de dos mediocridades que se unen para darse ánimos inútilmente: ambos alimentarán sus ilusiones perdidas.

Alberto olvida su realidad y besa a María quien desconoce su estatus de hombre casado



            La cinta utiliza canciones de Gonzalo Curiel como coro griego que explica o enfatiza las acciones y consecuencias de los protagonistas (“temor de ser feliz a tu lado, miedo de acostumbrarme a tu calor”) o la sentencia final (“fue como promesa que ya nunca volverá, fue como ola perdida en el mar”). Nos lleva a los recitales musicales y a las reuniones sociales de esos años cincuenta donde nunca faltaba un piano. Los diálogos de Julio Alejandro (sobre una trama de Dino Maiuri) son espléndidos y van entrecruzando tiempos y situaciones. Alberto responde a su casero cuando le da su renta puntualmente (“los tipos como yo siempre acaban por pagar” como profecía de su relación futura y como realidad de su familia) o comparte con María sus pensamientos, que resultan comunes (“nos empeñamos en pensar en cosas, en pensar en cosas que nunca podrán ser nuestras”). 

Alberto despide a María luego de 3 días de felicidad

María le impele a mejorar luego de ese tiempo juntos (“haz que estos tres días no sean inútiles, por favor Alberto, ¿no comprendes que la música te consolará de todo?”), pero luego le cuenta lo que pasará con ella (“cuando llegue, habrá un muchacho esperándome en la estación; me casaré con él, cumpliré mi deber de mujer, procuraré formar un hogar feliz, tendré hijos: ellos me salvarán, me harán olvidar”). Alberto, por su lado, luego de partir María, recibe y se aleja con su esposa e hijos, mientras se escucha la voz de Chabela Durán terminando la canción “Temor” (“te llevaste mi vida con tu prisa y me dejaste inmensamente triste”). Así como María se dirige hacia una vida conformista, Alberto seguramente dejará de lado ese impulso que le ha exigido María y volverá a la mediocridad por decisión propia.

Alberto retorna a su vida cotidiana


ADELANTOS (2)

Una delicia del cine violento cuyo personaje principal tiene, al menos, la dimensión humana que alimenta el sentido de familia. Besson escribe y produce: fue la mejor decisión.


TRES DÍAS PARA MATAR
(Three Days to Kill)
2014. Dir. McG.



        Ethan (Kevin Costner) es un agente de la CIA cuya última misión fracasó debido a consecuencias del cáncer que le está dando unos cuantos meses de vida. Decide dejar todo para reconectarse con su ex esposa y su hija adolescente, a la cual cuidará por tres días mientras la madre se encuentra en viaje de negocios. Sin embargo, es contactado por otra operadora de la agencia que le ofrece dinero y una droga experimental que puede curar su enfermedad, a cambio de que cierre el trabajo que quedó pendiente, para descubrir al jefe de una banda terrorista.

Kevin Costner está en su plenitud

        Luc Besson ha sido mejor guionista y productor que realizador. Con esta cinta reitera su interés por el elemento familiar, como sucedió con “Venganza despiadada” (Colombiana, Megatón 2011) o las dos cintas de “Búsqueda implacable” (Taken, Morel 2008 y Taken 2, Megaton 2012). Existe una relación familiar que se encontrará alrededor de las circunstancias del héroe. En los casos mencionados fueron el asesinato de los padres del personaje femenino; luego, los secuestros de una hija y de la esposa, respectivamente. Ahora Besson ha colocado a la familia fuera del peligro de los villanos, pero la conserva como fuerza vital y de supervivencia para el agente Ethan.

El agente enfermo y la operadora (Amber Heard) que le ofrece más tiempo de vida

        McG ha sido un realizador excesivo que nos ha ofrecido un cine a la altura de los escritos de Besson. Las dos cintas de “Los Ángeles de Charlie” (2000 y 2003) y la cinta final de la franquicia “Terminator” (Salvation, 2009), son ejemplo de la acción llevada a su grado superlativo. Ahora unen esfuerzos y tenemos la relación padre-hija que hace que el agente mezcle algunas situaciones de su trabajo para solucionar problemas de familia, pero más que nada está la esperanza de la supervivencia para tener algo más de tiempo y disfrutar la compañía de sus seres queridos.

El sentido de familia: el aspecto que existe y se desconoce

        No obstante, como complemento, Besson introduce a otra familia para subrayar la humanidad del agente Ethan: al llegar a su viejo departamento en París (ya que vivía separado de su mujer) encuentra a unos refugiados africanos. No puede desalojarlos por una ley francesa que protege a inmigrantes sin recursos, por lo que les deja vivir ahí siempre y cuando respeten su habitación. La hija del patriarca de la familia está embarazada y, con el tiempo, al reconocer la bondad de su benefactor, le ponen su nombre al nuevo miembro de la familia.

Hailee Stanfield de vuelta al cine luego de "Temple de acero" (2010)

        La trama es tan semejante a otras, que vale la pena por el desarrollo de la misma y para destacar estos pequeños asuntos que le dan otra dimensión a lo que sería una mera sucesión de hechos exagerados, violentos, explosivos. Kevin Costner se encuentra en buenísima forma y su rol estelar nos hace olvidar otros menores o de soporte que ha venido realizando en los últimos años. No fue casualidad el magnetismo que se sintió cuando lo vimos en su estelar de “Los intocables” (De Palma, 1987) y cintas subsecuentes.

El realizador McG, a quien debemos las joyitas en cine de "Los ángeles de Charlie"

        Estamos ante una tendencia reciente del cine de género que debe mixtificar la trama para darle otro giro a lo que ya es harto conocido y hasta ya no sorprende en cuanto a efectos especiales. No deje de verla porque pronto estará por las pantallas locales.

ADELANTOS (1)

He tenido oportunidad de ver algunas películas que todavía no se estrenan por las salas de cine o por la cineteca. Aquí les comparto comentarios adelantados con la intención de que incentiven a su curiosidad y asistan a verlas porque valen la pena.

EL EXTRAÑO DEL LAGO
(L’Inconnu du lac)
2013. Dir. Alain Guiraudie.


        Siempre partiendo de una vista panorámica al estacionamiento improvisado que abre camino a un hermoso lago con aguas azules, donde se reúnen homosexuales para tirarse desnudos al sol y lograr, en algún momento, el ligue con alguien para tener relaciones sexuales en el bosque cercano se van desarrollando los diversos capítulos de lo que sería un melodrama de obsesión amorosa, con algunos toques de ironía y otros de suspenso. Ha comenzado el verano y Franck (Pierre Deladonchamps) llega al lugar donde reencuentra a conocidos, nada desnudo, llega a otro lado del lago donde se sienta al lado del obeso y solitario Henri (Patrick D’Assumcao) con el cual inicia una simple amistad cuando éste le pregunta si no tiene temor de los peces siluros que logran tener gran longitud y son voraces, aunque, en realidad, nadie los ha visto. De pronto, a lo lejos, se da cuenta de un hombre que llama su atención (Christophe Paou). Lo sigue cuando se adentra en el bosque y lo encuentra teniendo sexo con un joven. De todas maneras sus miradas se encuentran y el hombre le saluda con la mano.

A la derecha Patrick D'Assumcao


Al día siguiente, logra iniciar una conversación con el hombre que le ha gustado, pero llega el joven con el cual lo había encontrado y le pide que se vayan. Franck los sigue, pero en el bosque ya no los encuentra. Otro hombre lo detiene y se van juntos a tener relaciones sexuales. Pasa el tiempo y ya por la tarde, con cierta oscuridad, logra ver que a lo lejos, dentro del lago, el hombre que le gusta está ahogando a su joven pareja. Lo hunde en el agua hasta matarlo. Sale del lago, se viste, mira alrededor y luego se va. Franck no hace nada. Permanece oculto y así queda hasta que ya es de noche.

Christophe Paou como Michel, el asesino y
Pierre Deladonchamps como el apasionado Franck


Siguiente día: Franck llega al lago y platica con Henri donde le hace saber de su desconocimiento del sexo gay. Ha roto con su novia y no tiene idea de cómo acercarse a otro hombre. Su ingenuidad es conmovedora. Su soledad es rampante. A pesar de que Franck mira constantemente hacia el lago y los alrededores, el criminal no aparece.

Michel se adentra al bosque con su futura víctima


Dos días más tarde, Franck vuelve al lugar sin encontrar al otro. Va al bosque, rechaza a un tipo que quiere ligarlo, y más tarde retorna al lago. Del agua, sale el hombre que se le acerca y le pide que compartan la toalla. Conversan un poco y luego se dirigen al bosque donde tendrán sexo apasionado. Se entera que se llama Michel.



Ya no puede contarse más porque se arruinaría el desarrollo y desenlace de esta bella película acerca de la obsesión erótica que va más allá del crimen, la ética, y hasta el miedo. Tenemos a Franck, un hombre normal que pasa el verano en un lugar de ligue porque está convencido de su condición homosexual, del placer del sexo anónimo (aunque no con cualquiera) que no es, por supuesto, lo único que le interesa en la vida. Michel es un hombre amoral, quizás psicópata, que no quiere comprometerse ni convivir con alguien más allá del momento que se viva en conversación o la relación sexual.



Franck ha escuchado a su nuevo amigo Henri sobre el temor que le causan los siluros, de los cuales corre el rumor que hay algunos en el lago. El siluro es una especie de monstruo marino que se alimenta de otros peces y hasta de palomas o aves acuáticas y llega a ser de gran longitud y peso. En su lugar, Franck encuentra otro tipo de monstruo en el bello nadador que le ha provocado una atracción especial. Se da cuenta de un inesperado crimen y, sin embargo, no dice nada. Se entrega al posible peligro. Toma su distancia pero no deja de volverse cómplice y apasionado amante.

Alain Guiraudie (1964) en su séptimo largometraje


El realizador Guiraudie ha comentado en alguna entrevista que esta película (su séptimo largometraje: uno de ellos para la televisión) le serviría como metáfora para su propia condición gay. Sabía que habría sexo explícito aunque utilizó a dobles de cuerpo para estas escenas. Muestra un lugar de ligue homosexual de la manera más natural, con bañistas desnudos que de pronto se internan en el bosque para satisfacerse de alguna u otra manera. Los actores se muestran sin pudor en posiciones que dejan sus genitales al descubierto (algo que usualmente es común con las mujeres en el cine). Por lo tanto, obviamente, es una cinta sin mujeres.

Un bosque de ligue y placer anónimo


Un personaje que se agrega ya en el último tercio de la cinta es un inspector de policía que investiga el crimen (el cuerpo del ahogado se descubre a los tres días del acto). Su punto de vista es netamente heterosexual y Guiraudie lo presenta como ejemplo de la visión ignorante de las leyes y condiciones de la comunidad homosexual. No comprende cómo no se intercambian teléfonos las personas que han tenido sexo para reencontrarse. Otra secuencia interesante es la de un hombre al cual Franck permite que le haga sexo oral. El hombre se levanta después de hacerlo y le comenta a Franck que tiene un miembro delicioso, aparte de despedirse con un saludo de mano: es otra de las sutilezas que tienen que ver con este universo cerrado para las mentalidades que no lo aceptan, lo desconocen o rechazan.

poster francés


Guiraudie nos ofrece una película extraordinaria. Serena en cuanto a la atmósfera de un bellísimo (aunque simple) lugar de veraneo; fuerte en cuanto al motivo para desbordar la pasión morbosa, erótica, sometida, de un hombre atrapado por otro; conmovedora en cuanto permite el contrapunto del ser que asume su orientación homosexual pero vive solitario porque no sabe incrustarse en el ambiente. Ganó uno de los escasos premios que todavía tienen credibilidad en Cannes. Seguramente estará en la Semana del Cine Queer que ofrecerá la Cineteca Nuevo León en julio o, de repente, aparezca en alguna sala porque nunca sabemos cuáles son los caminos de la distribución.